domingo, 13 de febrero de 2011

Por qué, pese a todo, debemos seguir trabajando en los sindicatos reformistas.


Las y los comunistas ya veníamos acarreando desde hace tiempo decepciones en lo que respecta a nuestro trabajo en nuestro referente sindical, Comisiones Obreras, por varias razones: estructuras burocratizadas, bajo nivel reivindicativo, cúpulas sindicales pactistas y sumisas al Gobierno de turno etc. Sin embargo, la reciente firma del Pacto sobre las Pensiones, que abandona a su suerte a generaciones enteras de trabajadores y trabajadoras, y abre una peligrosa Caja de Pandora, ha supuesto un duro mazazo para todos.

Es en estos momentos cuando debemos recurrir a nuestras bases teóricas y a nuestra razón, para no abandonar este frente guiados por nuestros impulsos, acabando arrinconados en otros espacios más radicales, pero alejados de la clase trabajadora. Porque no podemos olvidar que, pese a su infinidad de errores, CCOO con su millón doscientos mil afiliados, es el sindicato más grande del Estado, y por lo tanto, la mejor manera de hacer llegar nuestro mensaje a la clase trabajadora.




Hace ya unos cuantos años, en el V Congreso de la Internacional Comunista, nuestros camaradas ya debatían sobre este aspecto debido a la importante fuga de cuadros comunista de los sindicatos reformistas. Sin embargo, se dieron cuenta de que al hacer esto estaban dejando sin referente ideológico a miles de obreros, abandonándolos a merced del pensamiento anti-revolucionario. “Los obreros se liberarán de las ilusiones reformistas en la medida en que los comunistas sepan desempeñar el papel protagonista en los combates económicos de la clase obrera”, concluyeron en sus documentos.

Pero algunos años antes, V.I. Lenin ya había escrito muy acertadamente sobre este tema en su libro “La enfermedad infantil del Izquierdismo en el Comunismo”, del cual bebió posteriormente la Komintern para elaborar su programa sindical. Lo dijo claramente, sin rodeos: “No actuar en el seno de los sindicatos reaccionarios significa abandonar a las masas obreras insuficientemente desarrolladas [políticamente] a la influencia de los líderes reaccionarios...”. Precisamente es mediante el contacto y la interacción con las masas como las y los comunistas difundimos nuestras ideas, y hay que saber aguantar “las dificultades, las zancadillas, los insultos, los ataques […] y trabajar obligatoriamente allí donde esté la masa” para que ésta oiga nuestro mensaje.

El mejor comunista no es aquel que lanza las consignas más incendiarias mientras milita en la organización más pura, aunque esto le obligue a estar prácticamente aislado. Ser comunista significa analizar la realidad, saber con qué herramientas se cuenta, y luego utilizarlas por encima de cualquier sentimentalismo.

El Sindicato es el reflejo de la clase obrera del momento. Y por supuesto que a todos nos gustaba más el Sindicato del gran Marcelino Camacho, pero la conciencia de clase y su combatividad en aquella época eran las que eran, no se acercan en nada a las que existen actualmente, con una dirección sindical sumisa, pactista, burocratizada, que firma pactos aberrantes y que es el fiel reflejo de la clase obrera que existe ahora: una clase sin conciencia de serlo, desmotivada, despolitizada y cortoplacista, embuída en unas dinámicas sociales y políticas asumidas como 'naturales'. Sin embargo, el militante comunista no puede ni debe refugiarse en 'la pureza del espíritu revolucionario' y negarse a trabajar en estos frentes, creando o trabajando en sindicatos muy puros, muy consecuentes, pero alejados de la clase obrera.

No debemos tolerar estos ataques a los derechos de los trabajadores, por supuesto, pero tampoco podemos abandonar nuestra mejor herramienta en las manos de los poderosos.



Artículo del Colectivo de Obreros y Obreras "Rosario Sánchez La Dinamitera"

martes, 1 de febrero de 2011

El PCE contra una nueva reforma que supone otro recorte a los sectores más desprotegidos


Suma y sigue de las políticas del Gobierno de Zapatero recortando derechos a los trabajadores / as de este país. Se confirma su sumisión a los poderes económicos al dejar una vez más claro que el objetivo de las políticas del Gobierno del PSOE es premiar a los causantes de la crisis, castigando a los que nada tienen que ver con las causas que la provocaron. El nuevo recorte de pensiones sólo pretende reducir éstas, tanto en el número como en la cantidad a recibir, con el fin de potenciar los sistemas privados de pensiones a fin de generar más beneficios para la banca privada y que esto le permita mantener sus beneficios y tapar los agujeros provocados por la ambición y la usura desmedida. Debemos recordar que de los 97.000 millones de euros que hay que abonar en este país de deuda durante el año 2011, el 80% pertenece a deuda privada y de esta cantidad más de la mitad al BBVA y al Banco de Santander -que por cierto su principal acreedor es la Banca Alemana-. Es decir se están poniendo en primer lugar los intereses de los sectores financieros a costa de los ciudadanos y ciudadanas.

La modificación de las condiciones para acceder a una pensión no era necesaria, ya que el sistema es a todas luces viable y solvente, como todas las partes han reconocido durante el proceso de debate y negociación. Sólo se pretende un recorte en la cuantía de las mismas y dificultar el acceso de los trabajadores a las mismas, así será prácticamente imposible que los jóvenes tengan acceso al sistema público de protección social:


Por poner un ejemplo real:

Una persona que comience su vida laboral con 33 años (la media estipulada en la actualidad) y que tenga “sólo” paradas de cotizaciones de 2 años (ya sea por renovación de contratos, por situaciones de crisis, por rescisiones de contratos, etc...), con un salario de 1.000 euros mensuales, se tendría que jubilar a los 67 años obligatoriamente y le quedaría una pensión de 769 € mensuales.
Esta actitud política, es aún más grave, si tenemos en cuenta que más de 900.000 jóvenes con menos de 25 años están desempleados en nuestro país y que el propio Presidente del Gobierno reconocía en el Congreso días antes, que el desempleo juvenil en España, es estructural, lo que quiere decir que se está condenando conscientemente a una gran parte de la población a no tener una pensión mínimamente digna.

El recorte no sólo afecta a los trabajadores / as jóvenes, la situación de las mujeres va a empeorar y será mucho más difícil para ellas acceder a una pensión mínima y además un gran número de trabajadores actuales al no poder llegar a cotizar los 38,5 años exigidos, van a verse obligados a trabajar hasta los 67 años, e inclusive en muchos casos aunque trabajen hasta los 67 años su pensión se va a ver mermada, de media, un 0,2% por cada mes que les falte para alcanzar los 38,5 años de cotización.

El aumento a 25 años para el cálculo (revisable en el 2027 al alza si así se considera), puede llegar a suponer entre un 9% y un 12% de reducción en el montante final de la pensión.

No se han separado definitivamente las fuentes de financiación, a pesar de que era un compromiso del gobierno, de anteriores acuerdos del pacto de Toledo.

Queda pendiente la solución, vía impositiva, de las pensiones y los complementos no contributivos, siendo esta formula habitual en los países de la Unión Europea.

Se aplaza, una vez más, la integración en el régimen general de las empleadas de hogar (el del REASS, se afirma prácticamente resuelto en la declaración conjunto, pero aún no se conoce), y se deja pendiente también, la equiparación, a efecto de protección social para los trabajadores / as autónomos.

El hecho de permitir las cotizaciones de los becarios (según la cotización que determine la empresa) y facilitar hasta dos años de cotización (aunque todavía no está determinada su cuantía), la excedencia por cuidado de hijos o permitir realizar el convenio especial con la seguridad social a aquellas personas que no hayan trabajado antes, no parecen compensaciones suficiente como para asumir acríticamente el recorte de las Pensiones.

La Secretaría del Mundo del Trabajo, propondrá al plenario de la misma, convocado para el próximo 2 de Febrero, el inicio de una campaña de información y concienciación, dirigida a jóvenes desempleados y trabajadores / as en activo, con el fin de potenciar la movilización social contra el recorte.

El PCE de igual modo, muestra su total acuerdo con la posición de la Dirección federal de Izquierda Unida frente a este recorte, así como con su compromiso público de modificar la Ley si los electores dan suficiente apoyo a nuestra organización.